lunes, 17 de marzo de 2014

El payaso de la mecedora.

Un padre de familia que junto a esta residía en los suburbios de Los Ángeles trabajaba día y noche para satisfacer las necesidades de su esposa y dos hijos pequeños y, dentro de lo que cabe, darles una buena vida y estabilidad económica. Un día el padre algo agobiado de trabajar y no poder disfrutar de su esposa decide salir de velada romántica con ella. Se lo comenta y su mujer aceptó encantada por lo que deciden contratar a un canguro para que se quede con los niños en lo que ellos están de cena. La mujer contrata a una joven muchacha de la que le han dado muy buenas referencias. La joven canguro llegó a la casa de la familia a las 6 de la tarde y la pareja le comenta a la muchacha que esta de suerte, que aunque sea pronto los niños están en la habitación dormidos. La pareja le comenta que llegaran algo tarde ya que después de cenar irán a tomar una copa. La chica dice que no hay problema y después de algunas instrucciones por parte del padre, se queda a solas en la casa con los niños durmiendo. La canguro al estar los niños durmiendo no tiene tanta responsabilidad por lo que se pone a ver la televisión y cada media hora visita el cuarto de los pequeños para asegurarse de que está todo en orden, pero en el cuarto de los pequeños hay algo que le desagrada mucho, e incluso, la perturba. Al lado de una de las camas de los niños hay un payaso del tamaño de una persona adulta sentado en una mecedora, y siempre que va al cuarto ella se siente incomoda ya que se siente observada por el gran muñeco. Ya muy entrada la noche a la joven muchacha le toca ir a visitar a los pequeños pero le desagrada esta idea ya que tiene que ver al repelente payaso, por lo que decide llamar al padre y preguntarle si puede poner encima de el payaso una sabana, hay un largo silencio y el padre contesta que en la habitación de sus hijos no hay ningún payaso. La llamada inesperadamente se cortó.
Los padres al volver a casa se encontraron con no solo el cuerpo descuartizado de la canguro, sino también los pequeños cuerpos, masacrados, de sus hijos. Nunca se supo quien cometió ese abominable crimen.
Los payasos son una de las más reales y curiosas crueldades de la vida. Fueron creados para entretener, divertir, causar humor y risas, sin embargo, en muchas personas causan pánico e incluso fobia.




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