Una mujer con un vestido blanco lleno de sangre fue ingresada en este hospital. Esto no fue extraño, todos los días miles de personas sufren accidentes y son ingresadas. Lo extraño era que esta mujer no tenía cara humana, su rostro se asemejaba al de un maniquí y tenía atrapado entre su boca a un pequeño gato. La mujer mostraba tranquilidad absoluta mientras apretaba con fuerza su mandíbula, la sangre del gato salía desparramada por toda su boca.Un médico y cuatro enfermeras, incrédulas, lograron sacar al gato muerto de sus dientes y decidieron llamar a las autoridades locales. Pese a que la mujer mostraba tranquilidad absoluta decidieron sedarla hasta que llegara la policía. Dos de ellas no pudieron seguir en la habitación ya que empezaron a tener mareos y vómitos.
Las autoridades estaban a punto de llegar y el doctor ordenó que la sedaran. Cuando estaban a punto de administrarle el calmante la mujer empezó a mostrarse violenta, agrediendo a las enfermeras, éstas intentaron sujetarla pero la mujer empezó a reír mientras las atacaba, la mujer siguió riendo dejando inconsciente a una enfermera. El médico se acerco a ella y le preguntó ´´- ¿Qué coño eres? ´´ a lo que la mujer respondió mientras reía ´´-Soy Dios ´´. Acto seguido le arrancó la yugular y huyo del hospital. La mujer se encontró con los policías en los pasillos, los saludó, mientras reía y escapó,los agente quedaron perturbados al ver a esa mujer con ese rostro, llena de sangre y una risa que helaba la sangre. La enfermera al recuperarse dio su testimonio y llamó a la mujer el inexpresivo.